4 Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. 2 Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron. 3 Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo:
Por tanto, juré en mi ira,
No entrarán en mi reposo;
aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo. 4 Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día. 5 Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo. 6 Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia, 7 otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo:
Si oyereis hoy su voz,
No endurezcáis vuestros corazones.
8 Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día. 9 Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. 10 Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.
11 Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia. 12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. 13 Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
Jesús el gran sumo sacerdote
Hebreos 4
14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. 15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. 16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
El final del capítulo 3 de Hebreos nos introdujo a la idea del descanso de Dios. Hebreos 3:18 nos dice que Dios juro que el pueblo que había salido de Egipto no entraría en su reposo. El capítulo 4 de Hebreos continúa está idea advirtiendonos que temamos no haber alcanzado ese reposó. Y aquí podemos notar dos cosas.
El autor nos está dando la advertencia de que temamos no haber entrado en el reposo. Cómo ya vimos en el estudio de Hebreos 2, la iglesia está compuesta de verdaderos y falsos creyentes y el autor sabiendo esto no dice, temamos. Osea, examinemos.
Al pueblo que salió de Egipto se les anunció las buenas nuevas del descanso de Dios pero no les sirvió de nada porque no la recibieron con fe. Por eso el autor nos dice que nos examinemos porque sabe que no todo los que son parte de la iglesia han tenido una fe verdadera.
Lo otro que es digno de resaltar aquí es que el autor no está dando entender que la promesa del descanso de Dios era más que un descanso físico.
El reposo no es un lugar
El verso 3 de Hebreos 4 nos dice que los que hemos creído hemos entrado en el reposo de Dios. Porque la promesa del descanso no se trataba de un descanso físico, sino que se trataba de un descanso espiritual. El descanso que trae el saber que nuestros pecados han sido cubiertos por la sangre de Cristo.
Tristemente hoy como en los días en que Dios sacó al pueblo de Egipto, aún hay gente tratando de cubrir sus pecados por sus propios medios sin darse cuenta de que no hay nada en este mundo que les pueda dar descanso. Todavía ahí quién sigue esclavizado a religiones de obras muertas creyendo que si hacen muchas cosas buenas, Dios va a ignorar las malas que han hecho como si nuestras buenas obras compraran el perdón de Dios. Pero la Biblia nos dice que Dios no le debe su favor a nadie Job 41:11.
Está pobre gente no entiende que solo en Cristo se puede encontrar el verdadero descanso. Mateo 11:28-30 nos dice que su yugo es fácil y su carga ligera. Y es que el camino al cual Dios nos ha llamado es fácil porque solo requiere que recibamos el regalo de la salvación con fe. Dios ha provisto todo lo que requería de nosotros. Pero a algunos de nosotros nos questa la idea de no merecer nos ese descanso y por eso algunos siguen tratando de entrar por sus propios méritos.
Ahi quien sigue esperando por Josué
Pero la prueba de que Cristo es el verdadero descanso es que hasta el día de hoy los judíos siguen guardando el día de reposó. Porque Josué no les dió descanso Hebreos 4:8-9. Y vemos que hoy en la iglesia evangélica también hay grupos como los adventistas del 7 día que no han entendido cuál es el verdadero descanso de Dios. Pero no solo ellos si no en muchas iglesias evangélicas y protestantes historias no han entendido el verdadero descanso.
Existen muchas iglesias hoy dónde se predica que el domingo es el día de reposó para los cristianos y debemos observar lo de la misma forma en que en el antiguo pacto se observa en sábado. Pero vemos que no solo el sábado, sino que toda la ley ritual era solo una sombra del que es la plenitud de todas estas cosas el cuál es Cristo Colosenses 2:16-17.
Pero no hablemos de ritualismo. Puede que no pertenezcamos a una iglesia donde se predican estas cosas, pero puede que aun así haya mucha gente sin descanso sentados en los bancos. Yo creo que la idea de tener bancos en las iglesias viene de los banquillos de las cortes donde los acusados se sientan. Realmente no sé el origen pero, así es como mucha gente se siente. Como acusados.
Al menos así me sentía yo cada vez que escuchaba cómo debía ser santos porque, sin santidad nadie vera a Dios. Sin que nadie me dijera que la santidad que Dios requería de mí era la santidad de Cristo que estaba en mi por fe [mas sobre eso aquí]. Y yo me undia en mi desesperacion por saber que yo de santo no tenía un pelo, y realmente más que producir santidad en mi, ese tipo de predicaciones producían desesperanza. Y como yo se hundieron muchos en su propia desesperanza al punto de abandonar la carrera. Por no entender que ya la carrera estaba ganada en Jesús.
Solamente en Cristo ahí verdadero reposo. Procuremos entrar en el reposo de Cristo mientras podamos. No podemos engañar a Dios porque todas las cosas están desnudas delante de él. Dios sabe quién ha entrado en su reposo y quién solo aparenta haber entrado. Aún Dios sabe quién tiene un pie en la tierra prometida y un pie en el desierto con las maletas empacadas para regresar a Egipto.
Jesús entiende nuestra debilidad
Probablemente cuando el autor escribió esta carta, en la comunidad de Judios a la cuál la carta iba dirigida habían muchos que estaban pensando en regresar se al judaísmo por la presión social, familiar y aún por persecución política. Por eso el autor nos dice que la palabra de Dios discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. La misma advertencia va para nosotros también.
Pero gloria a Dios que tenemos un sacerdote que nos entiende. Ser débiles en tiempos difíciles es normal. Pero Cristo se compadece de nuestras debilidades. Y es que a veces tenemos vergüenza de venir delante de Dios en oración para traer nuestras cargas y nuestras dudas, sin darnos cuenta que nuestro Dios no es un Dios ajeno, sino uno que padeció todas mismas limitaciones y nos entiende porque participó en nuestra humanidad. Por eso podemos venir delante de su trono de gracia y alcanzar misericordia y gracia.
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