Un padre de la iglesia llamado San Agustin entendió mientras leía Romanos 5 que los hombres tenían un serio problema. Un problema que venía desde la cuna.
Él entendió que todos los seres humanos nacemos separados de Dios, y esto no por culpa nuestra exactamente, sino como consecuencia de las acciones de otro.
San Agustín se dió cuenta mientras leía Romanos 5:12 que la muerte, (tanto espiritual como natural) era un resultado directo de la primera transgresión. La muerte espiritual (nuestro estado rebelde) causaba en el ser humano una inhabilidad de someterse a la ley de Dios Romanos 8:5-8. Por esa causa, nuestra muerte natural estaba segura.
Las consecuencias de la primera transgresión
La Biblia nos enseña que por causa de nuestra inhabilidad de obedecer a Dios, la muerte pasó a todos los hombres porque todos pecaron.
Por causa de la transgresión de Adam, la muerte reinó desde Adám hasta Moisés Romanos 5:14, y Pablo hace un punto importantísimo en este versículo que la mayoría de la gente no capta cuando lo leen.
Pablo dice en el versículo 13 de Romanos 5 que donde no hay ley no se inculpa de pecado. Y a pesar de esto, la muerte reinó desde Adam hasta Moises que fue quien trajo la ley al pueblo, descartando así el argumento de que las personas que no conocen la ley son inocentes. La prueba de esto es que la muerte reinó en la humanidad antes de que existiera una ley escrita.
En otras palabras, no existe tal cosa como un inocente. ¿Cuál es la prueba de esto según Pablo? Todo el mundo muere. Este es el argumento que está haciendo Pablo desde el versículo 12 hasta el 14 Romanos.
Por supuesto que alguien se debe estar cuestionando; ¿qué tan justo es que yo pague por lo que hizo alguien que yo no conocí? Y tienen razón, no es justo que tú pagues por los pecados de Adam, pero eso no es lo que dice la Biblia.
La Biblia dice que todos los hombres murieron por cuanto todos pecaron. Tu muerte es consecuencia de tu propia rebeldía contra Dios. Asi que Dios es justo en darte la pena de muerte por tu propia reveldia. Sin embargo, nuestra naturaleza rebelde es una herencia que nos dejó papá Adam.
Esa explicación puede que no suene mucho más justa, pero pensemos. Si nosotros heredamos todo de nuestros padres, desde el color de nuestros ojos hasta nuestro temperamento, tiene todo el sentido del mundo que nuestra naturaleza también la heredamos de nuestros padres.
La naturaleza pactual de la salvación
Dios en su soberanía arregló el mundo de esta forma para mostrar la naturaleza pactual de nuestra salvación.
Por la transgresión de uno vino el juicio para condenarlos, pero por las muchas transgresiones vino el don de Dios para justificarnos. Osea que el don de Dios (su justificación) es un acto de misericordia a causa de nuestras muchas transgresiones, para que por causa de Cristo los muchos reinen en vida. Y esto lo reitera Pablo en el versículo 18 de Romanos 5.
Pablo termina su argumentación diciendo que la ley fue introducida para que abundase el pecado, porque como ya vimos, ni tú ni yo podemos someternos a la ley de Dios debido a nuestra naturaleza rebelde. Y Dios hizo esto para que la salvación que recibimos por medio de Cristo fuese aún más gloriosa y que la muerte que recibimos de Adam. En palabras de Pablo para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
El punto central de la argumentación de Pablo es este. Hay solo dos tipos de personal en el mundo. Los que están en Cristo y los que están en Adam. Dios hizo un pacto con Adam donde dijo; Obedeceme y vivirás Génesis 2:16-18. Todos nacemos en Adam y por lo tanto nacemos dentro de este pacto legal que nos acusa. Nacemos muertos en nuestra naturaleza rebelde y por lo tanto, separados de Dios.
Los que hemos creído en Cristo hemos sido puestos en Cristo y somos herederos de un mejor pacto donde Dios ha dicho; Cree y vivirás Romanos 10-6:11. Y porque hemos sido puestos en Cristo hemos heredado los beneficios de este nuevo pacto.
Somos coherederos con Cristo porque hemos sido adoptados en la familia de Dios. Y, ¿herederos de que? De la resurrección de los muertos y de la vida eterna. Esta es la introducción que Pablo nos da en el versículo 1.
Somos justificados por la fe y tenemos paz con Dios precisamente porque hemos sido puestos en Cristo.
Todas estas cosas hemos heredado de Cristo por su muerte. Y noten que el enfoque de Pablo desde el verso 1 al 11 es en la obra de Dios en nuestra reconciliación con el. Dios es quien nos ha puesto en Cristo, y porque hemos sido puestos en Cristo a través de su muerte hemos sido hechos coherederos.
De la misma manera, aquellos que están en Adam son coherederos de Adam en la muerte y serán excluidos de la gloria de Dios.
Por esta razón, Dios ha creado un mundo en el cual heredamos las consecuencias de las acciones de nuestros padres. Si no podemos heredar muerte por la transgresión de Adam, tampoco podríamos heredar salvación por la justicia de Cristo.
Adam era un anti-tipo de Cristo. Pablo nos dice que Adam era sombra del que había de venir. Si, no moriríamos en Adam, tampoco podríamos vivir en Cristo, lo cual significa que cada uno sería responsable de su propia justificación. No podríamos ser salvos por la fe en Cristo si no hubiéramos muerto por la transgresión de Adam.
Los que estamos en Cristo tenemos el mismo destino de Cristo el cual es la resurrección de los muertos para vida eterna. De la misma manera los que están en Adam tienen el destino de la muerte eterna.
¿Y qué con todo esto de los pactos?
¿Qué significación tiene para nuestra vida cristiana todo lo que hemos hablado aquí? La naturaleza pactual de nuestra salvación es una doctrina hermosa que da paz a los creyentes. Y da paz porque podemos confiar en que las promesas que hemos heredado por virtud de estar en Cristo, también aplican a nuestros hijos por virtud de ellos estar en nosotros 1 Corintios 7:12-14, Exodo 20:4, Hechos 2:38,39.
Para ti que estás en Cristo, puedes tener paz en saber de que ellos no son impíos y que la promesa de salvación también es para ellos por virtud de la fe que Dios ha puesto en ti. Esto debería darnos paz, especialmente para aquellos que perdieron hijos pequeños los cuales no podían entender el evangelio todavía. Tus hijos no son impíos.
13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. 15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
1 Tesalonicenses 4:13-18
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